(Primera de 2 partes)
La Meditación es la práctica por excelencia para la superación personal y espiritual. La Meditación es una práctica que nos ayuda a generar en nuestro día a día un estado de Armonía, Salud, Paz y Bienestar. La Meditación es un medio para ir de la conciencia exterior a la consciencia interior, nos conduce al conocimiento de sí mismos y a la realización interna. La Meditación es el medio para realizarnos espiritualmente.
Es necesario saber, reconocer y aceptar que no somos simples seres humanos
con algo espiritual, en realidad todos somos seres espirituales viviendo una
experiencia humana. Todos somos seres
únicos, valiosos, dignos, creados a la imagen y semejanza del Creador, pero
psicológicamente somos lo que pensamos y sentimos ser, somos lo que meditamos,
nos convertimos en lo que meditamos.
Meditar es no pensar, cuando dejamos de pensar de manera natural empezamos
a sentir, sentir nuestra vida, sentir nuestra energía, sentir nuestra
presencia, sentir nuestro Ser, nuestro Espíritu, nuestra Divinidad, Yo Soy. Meditar
es sentir a Dios en nuestro interior. Meditar es no pensar, meditar es sentir,
contemplar, Ser, Yo Soy.
La Meditación favorece el flujo
natural de la Vida para llenarnos de Vitalidad, Salud, Bienestar, etc. La Meditación
nos ayuda a beneficiarnos de la plenitud de nuestra propia Vida, de nuestro
propio Ser, Espíritu, la Presencia de Dios dentro de nosotros. De acuerdo a Patañjali la “Meditación (dhyâna) es
la continua y prolongada corriente de pensamiento dirigida a un objeto
determinado hasta llegar a absorberse en él”.
El Primer paso de la Meditación es aquietar la
mente y el cuerpo y la mejor manera de hacerlo es sintiendo la presencia de la
Vida en el corazón. La Meditación empieza dirigiendo la atención a la Llama de
la Vida en el corazón. En el corazón se encuentra el Centro Emocional Superior
a través del cual habla el Ser, Dios, Yo Soy por medio de la intuición.
La postura común para meditar en el occidente es
sentado en un banco o en una silla con la columna recta. Sentarse con la
columna recta cura el cuerpo de muchas dolencias físicas y mantiene una mente
sana en un cuerpo sano. El equilibrio corporal depende de la postura del
cuerpo, hay que aprender a sentarse y mantenerse erguido, la espalda, el cuello y
la cabeza erguidos en línea recta. Cada vértebra debe ocupar su debido lugar,
sin ninguna opresión de los nervios, ni obstaculizar su nutrición. Esta práctica
equilibra el sistema simpático y parasimpático, y cuando la mente domina estos
sistemas desaparece toda enfermedad.
Respirar es vivir, dijo un sabio hindú. Aprender
a respirar es el objeto del Pranayama (Prana = Vida, Energía Vital) o ciencia
de la respiración. Cuando respiramos aspiramos átomos afines a nuestros pensamientos
y sentimientos. Para atraer Salud, Bienestar, Sabiduría, Luz, etc., debemos
pensar y sentir en todo ello. El Prana, el Chi, el Ki o la Energía de la Vida
constituyen la Energía Vital para lograr la armonía en el cuerpo vital. Las
obstrucciones energéticas que se manifiestan en enfermedades orgánicas, nacen
como consecuencia de la actividad psíquica humana. El uso consciente del Prana
nos permite restablecer la salud.
Todas las cosas en el Universo poseen Prana en
mayor o menor cantidad. El Prana se concentra en aquellos lugares en donde la
naturaleza permanece inalterada. El Prana limpia los meridianos energéticos y los canales de comunicación
con la Consciencia Superior y puede ser atraído, acumulado y dirigido con la
mente, la imaginación y la palabra. Para atraer y acumular Prana, la
inhalación, la retención y la exhalación debe ser rítmica y exacta y cada
persona debe encontrar su propio ritmo en la respiración sin que produzca
cansancio. La respiración es muy importante para lograr un buen estado de
relajación y de quietud mental. Quien domina la respiración domina su mente y
sus emociones.
Atención es abstracción de los sentidos. Atención
es ver y escuchar sin pensar. Atención es igual a consciencia. Atención es no
pensar. Atención es abstracción de los sentidos que, sujetos a la voluntad,
permiten la concentración. La mente se alimenta de las impresiones que penetran
por los cinco sentidos. Los sentidos son los informadores de la mente y de la
consciencia. Para lograr la atención hay que cultivar el arte de ver y
escuchar. Para lograr la atención hay que comprender los pensamientos,
sentimientos y emociones. La Meditación sirve para purificar la mente de las
creencias, de los falsos conceptos, de las programaciones y condicionamientos
psicológicos, que en el fondo son apariencia, ilusión, maya. La Meditación
sirve para purificar los sentidos, la mente y el alma.
La Concentración consiste en fijar la atención
en un punto, sea en el corazón, en el entrecejo, en el plexo solar, en el
silencio, en la respiración, en la Llama de la Vida, en la Llama Trina u otro.
En la concentración descartamos todo aquello que se interponga entre el meditador
y el objeto al cual dirigimos la atención. Hay una diferencia entre concentrar
la atención en un punto y estar simplemente atento, hay una diferencia entre
atención y atención consciente.
Sócrates sugirió que con el “conócete a ti mismo” se obtiene la verdad. Aristóteles planteó el estudio de las cosas visibles para llegar a la verdad. La Ciencia de la Meditación usa los dos métodos y no hay divergencia entre ellos. La concentración armoniza la mente con la voluntad del Ser, Yo Soy. Cuando el meditador logra comprender las cosas externas que son apariencia, maya o ilusión ya puede dirigirse hacia su interior para conocerse a sí mismo. La antigua máxima “Hombre, conócete a ti mismo” es la clave para la realización del Ser. Lo invisible debe hacerse visible y el hombre debe reconocer la voz del Ser, de Dios, Yo Soy.
La Meditación sirve para aquietar las tormentas del ser personal, trascender las limitaciones de la mente humana y entrar en la Sabiduría del Ser, Dios, la Mente Universal, la Mente Suprema, la Consciencia Cósmica, la Consciencia del Creador. ¡La Presencia de Dios en sus corazones los Ilumine, los Guíe y los Proteja!
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