martes, 28 de junio de 2022

La Enseñanza de los Chakras

(1ra Parte)
Los sabios orientales de la antigüedad, al pasar largas horas en estado de meditación buscando en su interior el sentido de la existencia y de la vida, fueron descubriendo y elaborando el conocimiento de los Chakras que es la base fundamental del Yoga.

Lo primero que encontraron fue que en las personas hay una gran cantidad de energía dormida. Casi el 90% del total de nuestra energía orgánica y psíquica está en forma latente o potencial, esperando ser despertada para llenar nuestras vidas de Fortaleza, Sabiduría e Inteligencia, y permitirnos vivir plenamente todas las facetas de la existencia humana.

Se sabe que solo tenemos un 10% de energía despierta. Esta energía se conoce como Prana por los hindúes, Chi por los chinos, Ki por los japoneses, energía vital u orgón en el occidente. Este Prana circula y se distribuye por el cuerpo físico, vital, astral, mental y causal del ser humano a través de una compleja red de 72 mil canales llamados “nadis” o “meridianos” .

Los Nadis más importantes son tres: Píngala, Ida y Sushumna, que van desde la zona del perineo en la base de la columna hasta la "coronilla" en la parte superior de la cabeza, pasando en su recorrido por los Siete Chakras mayores que se ubican principalmente en la columna vertebral. Píngala Nadi, el canal Solar va por el lado derecho del cuerpo. Ida Nadi, el canal Lunar va por el lado izquierdo del cuerpo. Sushumna Nadi, el canal central va por el centro de la médula espinal en la columna vertebral.

De acuerdo a los sabios orientales, en el cuerpo humano existen aproximadamente 144 Chakras, de los cuales hay Siete Chakras mayores. Los Chakras menores se denominan sub-chakras o marmas. Chakra es una palabra que viene del sánscrito, antigua lengua hablada por los pueblos hindúes y usada para redactar los textos más antiguos de su literatura como los Vedas. Chakra significa rueda, círculo o disco, y designa el disco solar, atributo del dios Vishnu.

Los Chakras son centros psíquicos o vórtices energéticos que se encargan de generar, absorber, acumular, transformar y distribuir la energía vital o prana. Los Chakras realizan la comunicación y el intercambio de energía e información entre los diferentes planos sutiles y el cuerpo físico, denso, material, tridimensional.

El Hombre es una tríada de Cuerpo, Alma y Espíritu. Entre el Espíritu y el Cuerpo existe como mediador el Alma, vestida con el traje maravilloso del Cuerpo Astral. El Astral es un cuerpo sutil dotado de maravillosos sentidos internos. Los Chakras nos permiten desarrollar los sentidos del Cuerpo Astral.

La función de los Chakras o Centros Magnéticos es nutrirnos a través del intercambio de energía con el Universo y se encuentran en íntima correlación con los plexos del cuerpo vital y las glándulas de secreción interna del cuerpo físico. Los nervios, como agentes de la Ley del Tres, controlan al Septenario glandular. Los tres controles nerviosos que interactúan entre sí, son: 1) El Sistema nervioso Cerebro-espinal, agente de las funciones conscientes. 2) Sistema Gran Simpático, agente de las funciones inconscientes, subconscientes e instintivas, y 3) Sistema Parasimpático o vago, actúa frenando las funciones instintivas, bajo la dirección de la mente y la voluntad. El Sistema Cerebro-espinal es el trono del Espíritu Divino; el sistema gran simpático es el vehículo del astral y el vago o parasimpático es el vehículo obediente de las órdenes de la mente.

Las funciones Principales de los Chakras son revitalizar cada cuerpo sutil o energético y con ello el cuerpo físico; provocar el desarrollo de distintos aspectos de la conciencia, pues cada Chakra está relacionado con una función psicológica específica; y transmitir energía entre los planos energéticos ya que cada plano progresivo vibra en octavas de frecuencia siempre crecientes.

Cuando el funcionamiento de cada Chakra es normal, gira en el sentido de las manecillas del reloj para metabolizar las energías particulares que necesita del campo de Energía Universal y se dice que el Chakra está abierto. Cuando el Chakra gira en sentido contrario a las agujas del reloj, la corriente fluye del centro hacia afuera e interfiere en el metabolismo de las energías que recibe, y se dice que el Chakra está cerrado o bloqueado.

Dado que cada Chakra está relacionado con una función psicológica específica, lo que proyectamos a través de cada uno de ellos será de acuerdo al funcionamiento de dicho Chakra y será algo muy personal, ya que la experiencia vital de cada persona es única. La realidad imaginaria que proyectamos al mundo guarda relación con la imagen que nos hemos formado de él a través de nuestras experiencias.

Los Chakras además de metabolizar las energías que recibimos también nos proporcionan información del mundo que nos rodea, pero si un chakra está bloqueado, no dejamos que la información entre tal cual es. Cuando nuestros Chakras fluyen en sentido contrario a las manecillas del reloj, enviamos nuestra energía al mundo, detectamos la energía que hemos enviado y decimos que eso es el mundo; esto es lo que en psicología se llama proyección.

Los Chakras son estructuras sutiles o energéticas que se encuentran en cada uno de nuestros cuerpos sutiles a lo largo de la espina dorsal, e influyen en nuestro cuerpo físico a través de los plexos nerviosos que ponen en actividad nuestras glándulas endocrinas que afectan el funcionamiento emocional y corporal.

El funcionamiento de los Chakras determina las decisiones que tenemos ante las circunstancias de nuestra vida. Los Chakras actúan como válvulas que abrimos y cerramos según lo que pensamos y sentimos, y determinan cómo experimentamos el mundo que nos rodea. ¡La Presencia de Dios los Ilumine, los Guíe, los Proteja y les de la Revelación!

lunes, 27 de junio de 2022

Relajación, Meditación y sus Beneficios

Relajación es el estado de calma y ausencia de tensión o estrés, que produce un estado de bienestar físico, emocional, mental y espiritual, equilibrio en el metabolismo, en el ritmo cardiaco y la respiración, reduciendo el gasto energético y metabólico. La relajación es un estado psicofisiológico que podemos generar con el objetivo de vivir en un estado de tranquilidad, de armonía, de alegría, de paz y felicidad. No es lo mismo empezar el día llenos de energía que sentirnos agotados como cuando regresamos a casa después de una larga jornada de trabajo. No tratamos igual a las personas cuando estamos tranquilos y contentos que cuando estamos agotados por el esfuerzo de un día lleno de responsabilidades.

La práctica de la relajación nos permite generar un estado de salud y bienestar, armonía y paz en nuestras vidas. La práctica de la relajación nos ayuda a manejar el estrés, aumenta nuestro rendimiento en las actividades diarias y mejora nuestras relaciones con los demás; nos ayuda a aliviar el insomnio, equilibra la presión arterial, fortalece el sistema nervioso y el sistema inmunológico, equilibra el sistema endócrino y muscular, favorece la regeneración celular, etc. La práctica de la relajación nos ayuda a controlar nuestras emociones, miedos, la ira, resentimientos, la tristeza, la ansiedad, la depresión, la angustia y la preocupación, favoreciendo así los pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones y actitudes positivos y en consecuencia el equilibrio físico, emocional, mental y espiritual. La práctica de la relajación mejora la atención, la concentración, la memoria y el aprendizaje; aumenta la creatividad y favorece la imaginación, etc.

La vida del ser humano en la ciudad donde continuamente es presionado por los deberes y responsabilidades dificulta vivir de manera relajada. Para mantener su posición económica el ciudadano moderno debe correr cada vez más, pensar más rápido, hacer más trabajo en menos tiempo y todo ello sin descanso, o descansar tan rápido que hay más desgaste que recuperación. La diferencia entre el reposo tenso acostumbrado y la profunda placidez que se alcanza en el sueño tras la relajación es muy grande. Muchas personas han olvidado la sensación de levantarse completamente frescos y renovados de energía, hay una insatisfacción permanente y un agotamiento que se está convirtiendo en el eje de cada día. La relajación es una práctica a través de la cual podemos proteger nuestro cuerpo de las agresiones que lo llevan a la extenuación al grado que hace falta energía hasta para descansar. El estrés es capaz de debilitar las defensas del sistema inmunológico. Muchas personas se levantan con estrés por las mañanas y en ocasiones tratan de forma impropia a las personas que aprecian.

La tensión cotidiana mantiene al hombre en un sueño constante que le impide percibir los aspectos esenciales de su vida. Aprender a relajarnos es una buena solución para enfrentar el día a día, donde las prisas, los problemas, el estrés, los miedos, las angustias y las preocupaciones son los protagonistas. La práctica de la relajación nos permite lograr un reposo integral, experimentar tranquilidad, armonía y paz en nuestras vidas y sus beneficios serán más evidentes conforme practiquemos, por lo que es conveniente practicarla a diario.

La práctica de la relajación disminuye los procesos acelerados de nuestro organismo. El estrés es un proceso de aceleración psicofisiológica del cuerpo orientado a obtener una respuesta corporal óptima frente a un riesgo inminente para la vida. El riesgo inminente para la vida desencadena estrés y el estrés nos prepara para la lucha o la huida, pero el estrés que se genera sin que exista un riesgo real acaba envenenando nuestro organismo debido a que el estrés aumenta la segregación de adrenalina, acelera el pulso y la respiración, y la adrenalina vertida en el torrente sanguíneo se convierten en veneno y este veneno se vierte por una simple llamada en la puerta, por un ruido, por una palabra, por un gesto, etc. El mecanismo del estrés es perfecto y siempre nos ha protegido, el problema son las reacciones continuas ante situaciones sin riesgo real. El estrés puede evitar la muerte pero también puede provocarla.

Cuando las personas viven en un estado de inatención sus actos los realizan de una forma mecánica que desgastan su energía y cuantas más tareas realizan más agotadora sienten la vida. La práctica de la relajación nos permite sentir la vida, sentir nuestra respiración, nuestros movimientos y es precisamente en ese estado de relajación en que podemos realizar las tareas cotidianas con el mínimo desgaste energético. Sólo cuando nos damos cuenta del profundo desgaste a que nos sometemos cada día podemos emprender la tarea de recuperar el equilibrio psicofisiológico. La práctica de la relajación nos permite vivir en un estado de atención y darnos cuenta como los estados mentales y emocionales afectan nuestro cuerpo y al mismo tiempo como podemos generar estados psico-corporales positivos.

La práctica de la relajación nos ayuda a responder de forma adecuada a los estímulos que nos rodean, y sobre todo moderar nuestros impulsos y comportamientos ante las situaciones del mundo exterior y modificar nuestra respuesta fisiológica frente al estrés. El estrés es una respuesta normal de nuestro cuerpo frente a un estímulo externo que implica un peligro, nuestro organismo reacciona acelerándose y cuando usamos la energía que el cuerpo ha dispuesto para la reacción de lucha o huida, esta no nos hace daño y al finalizar la actividad intensa nos sentimos bien. El problema es que el estrés es un mecanismo tan rápido y potente que es un poco difícil manejarlo sin el adecuado entrenamiento, además de la tendencia a responder a estímulos menores con toda la carga de estrés que nuestro cuerpo puede poner en marcha en fracciones de segundo, y solo con la relajación podemos frenar sus efectos.

La práctica de la relajación es una buena solución para el estrés, causa de múltiples enfermedades provocadas por los profundos desequilibrios fisiológicos generados por vivir en una tensión constante. Es verdad que no podemos cambiar el mundo, pero podemos cambiar nuestra percepción e interpretación del mundo. Cuando estamos relajados nuestro cuerpo, emociones y mente trabajan en total armonía al mismo tiempo que nos llenamos de energía y vitalidad. La relajación no implica solo liberarnos de las tensiones y del estrés del día a día, sino que debemos de aprender a evitarlos a través de la comprensión de la mente y las emociones, y sus efectos en el cuerpo físico, y para ello debemos aprender a meditar. La meditación nos conduce a la experiencia de acercamiento y conexión con nuestro ser.

La meditación nos ayuda a comprender como funciona la mente y los sentidos, como nos percibimos a sí mismos y como percibimos el mundo que nos rodea. La meditación nos ayuda a comprender las creencias y falsos conceptos que nos impiden ver la realidad tal como es y percibir el presente, el momento, el aquí y ahora. La meditación nos ayuda a vivir en un estado de atención plena y nos ayuda a concentrarnos en las metas y objetivos que buscamos para nuestra superación en la vida. La meditación nos ayuda a trascender las limitaciones de la mente humana y recibir la sabiduría de la mente universal, la mente suprema, la consciencia universal. La meditación nos ayuda a comprender nuestra realidad interior, espiritual. La meditación es la práctica por excelencia para conocernos a sí mismos y lograr la realización.

La práctica de la meditación nos ayuda a vivir en un estado de atención a través de la comprensión de los sentidos. La práctica de la meditación nos ayuda a poner atención en todo lo que hacemos, y haciendo con atención las cosas nos realizamos y también nos conocemos. Las relaciones sociales y laborales son un terreno fértil para conocernos y fortalecernos. Viviendo en atención reducimos la presión y el estrés que además de dañar nuestra salud reducen el rendimiento en nuestro trabajo cotidiano. La práctica de la meditación nos conduce al conocimiento y dominio de sí mismos, nos ayuda a concentrarnos en lo que somos con el propósito de integrarnos, realizarnos y fusionarnos con nuestro verdadero Ser.

La meditación nos ayuda a aquietar la mente, mantenerla tranquila y relajada, centrada en el presente en todo momento. Cuando la mente está quieta nos ponemos en contacto con nuestra esencia, con nuestro ser que habla sin palabras y que para ser escuchado requiere de una atención plena, y así podemos acceder a la sabiduría de nuestro ser infinito que está más allá del tiempo y del espacio. La meditación requiere de la atención y la observación que está más allá de la mente y el pensamiento para comprender la vida superficial, de apariencia e ilusión que vivimos comúnmente y así lograr percibir la realidad esencial que sustenta todo.

Meditar es desconectarnos de lo que nos rodea y concentrarnos en nuestro interior, observarnos con atención y tomar conciencia de lo que pasa en nuestro interior. Meditar es concentrar la atención en un punto u objeto de nuestra meditación. Meditar es aquietar la mente, meditar es abstraernos de los sentidos porque los sentidos son los informadores de la mente. Meditar es no pensar, cuando dejamos de pensar de manera natural empezamos a sentir, sentir nuestra vida, sentir nuestra energía, sentir nuestra presencia, sentir nuestra existencia, sentir nuestra esencia, sentir nuestra individualidad, sentir nuestro ser. Cuando dejamos de pensar abrimos un canal hacia nuestro ser y nos llenamos de nuestra propia energía. Meditar es sentir nuestra vida individualizada dentro del océano de vida universal. La meditación favorece el flujo natural de la vida que es vitalidad, salud, felicidad, bienestar, etc. Meditar es relajar el cuerpo y la mente para que fluya con libertad la sabiduría de nuestro ser a través de la inspiración, la imaginación, la creatividad, etc. Meditar es aprender a ser testigos de la propia existencia, vivir el presente y aprender en la escuela de la vida.

Para meditar basta parar la carrera apresurada de todos los días y sentir que hay algo esencial dentro de ti, no importa si es el inconsciente, el alma, la esencia o el espíritu, solo observa que es lo que hay en tu interior. Cuando meditas te das cuenta de algo que pasas desapercibido a lo largo del día y es que tú estás vivo. Respira, siente y percibe la vida que está en ti, tu vida, y date cuenta que no es lo mismo pensar que sentir. Cuando meditamos los pensamientos y las creencias pasan a un segundo lugar, porque meditar es vivir el presente, el aquí y ahora, es percibir la realidad de una manera directa favoreciendo el conocimiento de sí mismos y el entorno. El pensamiento es un murmullo, cuando el pensamiento cesa se hace el silencio de donde surge la consciencia, la inspiración, la imaginación y la creatividad; el pensamiento es la memoria, es el pasado, es lo conocido, es todo lo aprendido; la consciencia es lo nuevo, el presente, el aquí y ahora, la consciencia es percepción y comprensión directa de la realidad.

Existe la idea errónea de que para practicar la meditación es necesario apartarse de la vida y retirarse a un lugar alejado del ruido, si bien esto facilita la concentración, es en la vida del día a día donde más provecho obtenemos de la práctica de la meditación. La meditación no es un aprendizaje externo como el español, sino un camino de exploración del mundo interno hasta hoy poco explorado y que nos conduce a un despertar. Otro error es pensar que la meditación se limita al ensimismamiento y la abstracción del entorno social, nada más lejos de la verdad.

La relajación y la meditación pueden ser practicadas por cualquier persona sin importar su condición, cultura o estrato social. Practicar la relajación y la meditación es muy sencillo, basta un lugar tranquilo, en silencio y libre de interrupciones. La postura puede ser sentado o acostado, de preferencia con los ojos cerrados para evitar distraernos con las imágenes. Con la práctica será posible relajarnos y meditar incluso con los ojos abiertos. Podemos practicar solos o en grupo. La relajación y la meditación son el camino hacia el equilibrio y la armonía y es inevitable experimentar la resistencia que solo podemos vencer con voluntad, disciplina y carácter. ¡Mis mejores deseos de Armonía, Salud, Bienestar y Prosperidad para todos!

jueves, 18 de junio de 2020

¿Qué es la Relajación?

Relajación es el estado de calma y ausencia de tensión o estrés, que produce un estado de bienestar físico, emocional, mental y espiritual. Relajación es un estado de alivio de la tensión o del agotamiento físico, incluyendo la ausencia de pensamientos, sentimientos y emociones negativos. Relajación es el estado de reposo del cuerpo y la mente que nos da un profundo descanso y equilibra nuestro metabolismo, la respiración y el ritmo cardiaco. Relajación es el estado natural de ser y estar que nos otorga armonía, paz y libertad. La relajación es un estado de conciencia, un estado de presencia y atención consciente.

Las exigencias del mundo en que vivimos donde todos buscan cumplir con sus deberes, responsabilidades, compromisos y obligaciones, evidentemente generan tensión, estrés y ansiedad, lo cual hace que la relajación física y mental se convierta en una necesidad para la mayoría de las personas. Sin embargo, conseguir relajarse requiere de conocer y saber cómo hacerlo. Saber qué es la relajación y cómo relajarse también nos libera de posibles tensiones, ya sean musculares o psicológicas acumuladas con el paso del tiempo.

Aprender a relajarnos es la mejor solución para hacer frente al mundo del día a día, donde las prisas, los miedos y el estrés son los protagonistas. Aprender a vivir en armonía, tranquilidad, paciencia y serenidad es un estilo de vida saludable y la mejor medicina frente al estrés. La práctica de la relajación nos permite conseguir una sensación de descanso, calma y bienestar semejante a lo que experimentamos con el sueño profundo pero con la diferencia de experimentarlo despiertos y conscientes.

La práctica de la relajación en sus diversas formas o técnicas favorece el desarrollo de nuestras capacidades y habilidades, tanto físicas como mentales y espirituales. La práctica de la relajación favorece el conocimiento de sí mismos y el auto-control para afrontar con éxito las situaciones cotidianas con alto nivel de ansiedad tales como hablar en público, tener una entrevista de trabajo, hacer un examen, etc. Cuando estamos relajados conseguimos un estado de sensibilidad, percepción y receptividad natural, que se traduce en un mayor estado de atención y la atención nos da el aprendizaje.

Estudios recientes indican que la relajación reduce el estrés, contribuye a lograr el equilibrio emocional y alcanzar la armonía, la paz y la serenidad; ayuda a manejar las  preocupaciones, la angustia y la ansiedad; equilibra el ritmo cardíaco, reduce la presión arterial y equilibra la tensión del sistema circulatorio; ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos; equilibra la tensión muscular y ayuda a aliviar los dolores musculares, sobretodo de la espalda y el cuello; equilibra la actividad glandular, favorece el metabolismo, reduce el gasto energético, fortalece el sistema inmunológico, ayuda a aliviar dolores de cabeza, insomnio, etc.

La relajación tiene muchos beneficios en la salud física, emocional y mental. La relajación nos ayuda a hacer frente a las dificultades, manejar nuestros sentimientos y emociones, desbloquear la mente y tener pensamientos más claros y lúcidos. La relajación nos ayuda a mejorar nuestras relaciones con los demás y nos ayuda a tener un pensamiento creativo e incluso lograr nuestras metas y objetivos en la vida. La relajación nos ayuda a acceder cuando sea necesario y de manera creativa a la sabiduría acumulada a lo largo de nuestra vida.

En la actualidad existen muchas formas o técnicas de relajación que pueden clasificarse en biológicas, psicológicas y espirituales, y una relajación completa incluye los tres niveles de manifestación del individuo. Es bueno conocer el origen de nuestras tensiones o estrés, pero no es imprescindible para practicar la relajación. Lo más importante es preguntarnos cómo nos sentimos, y si sentimos desarmonía, cansancio o algún malestar es una razón suficiente para practicar la relajación. Lo que necesitamos es saber cómo lograr el estado de relajación y cómo poder generar ese estado las veces que sean necesarias hasta aprender a vivir en armonía, paz y serenidad de manera permanente. En el aprendizaje de la relajación podemos conocer por nuestra propia experiencia el origen del estrés.

La mejor manera de relajarnos se logra sintiendo la vida que palpita en nuestro corazón. Empezamos nuestra relajación haciendo una respiración profunda y dirigimos la atención a nuestro interior, específicamente en el corazón y sentimos cómo la vida, qué es sagrada y divina, se manifiesta en nuestros cuerpos, armonizando, equilibrando, vitalizando y sanando cada parte de nuestros cuerpos, cada órgano vital, cada célula, molécula y átomo de nuestros cuerpos, por cinco, diez o veinte minutos hasta lograr el estado de relajación.

Para relajarnos hay que desconectarnos de todo lo que nos rodea y conectar con la vida que es lo más sagrado que tenemos, y así permitir que la vida se exprese en nuestros cuerpos para armonizarlo, vitalizarlo y fortalecerlo. Si llega un pensamiento que esté fuera de lugar, simplemente lo dejamos pasar sin juzgarlo y seguimos sintiendo el palpitar de la vida, la presencia de la vida en nuestro corazón y en todo nuestro cuerpo. De esta manera el cuerpo, la mente y el espíritu están en armonía y nos sentimos  alegres, rejuvenecidos y llenos de vitalidad. También podemos relajarnos dirigiendo la atención a la luz interior o al Ser Interno.

Podemos afirmar que si la relajación se hace correctamente, obtenemos sus beneficios desde la primera sesión. Los beneficios serán más evidentes cuando lleves varias semanas practicando la relajación, mínimo en la mañana al levantarte y por la noche antes de acostarte, así conseguirás mejores beneficios. Con el tiempo, la relajación se convertirá en un ejercicio tan sencillo que podremos conectar con la vida en solo unos segundos. Llegará el momento en que el estado de calma y la ausencia de tensión será algo normal y natural en nuestro diario vivir y ya sea sentado, caminando o trabajando lograremos vivir un estado de relajación plena. ¡El Creador Supremo Dios te de Armonía, Salud, Paz y Bienestar!

viernes, 22 de marzo de 2019

Meditación, Salud y Bienestar

Actualmente más médicos, nutriólogos, terapeutas y profesionales de la salud están convencidos que la práctica de la meditación, junto a una dieta adecuada y ejercicio físico, pueden mejorar la salud, la calidad de vida y el bienestar general de las personas.

Durante siglos, las personas han usado la meditación como una forma para lograr la armonía interior. Las principales religiones del mundo, como el budismo, el hinduismo, el islamismo y el cristianismo, han practicado la meditación como un medio para alcanzar la iluminación espiritual.

Se sabe que la meditación relaja, mejora la concentración, aumenta la autoconciencia, ayuda a combatir el estrés y da fuerzas para afrontar los problemas. La meditación también favorece nuestras relaciones con los demás. Mucha gente que medita ha logrado superar la depresión, la adicción a las drogas, la cafeína o el alcohol. Podemos decir que la meditación mejora nuestro bienestar físico, mental y espiritual.

Es indudable que la capacidad mental para analizar, discriminar, planificar y comunicarnos ha construido la vida moderna; sin embargo, la mente puede ser un arma de doble filo, pues así como nos ayuda a razonar y a pensar de forma creativa, si no aprendemos a desconectarla nos puede generar conflicto, preocupación y angustia. La meditación ayuda a silenciar el “parloteo” mental y nos ayuda a conectar con el sentir del corazón, dándonos un sentimiento de armonía, paz y bienestar.

La meditación nos ayuda a pensar con mayor claridad, así como nos ayuda a mejorar nuestros niveles de energía para trabajar con mayor eficiencia y menor cansancio. La meditación nos ayuda a relajarnos y alejarnos de las situaciones estresantes, nos ayuda a adquirir más control sobre nuestra mente y no identificarnos con las emociones negativas. La meditación nos ayuda a conocernos a sí mismos y nos ayuda a enfrentar las situaciones que se nos presentan.

La meditación mejora nuestra calidad de vida y nos hace más felices y la relajación que nos proporciona nos ayuda a mejorar nuestra salud física, emocional y mental.

La mente tiene el poder de actuar sobre el cuerpo. Pensar en una situación estresante provoca reacciones adversas en nuestro organismo; al contrario, pensar en algo positivo fomenta la producción de “hormonas del bienestar”. No debemos subestimar el poder de la mente para producir cambios en nuestro cuerpo, así como las emociones y sentimientos. Cultiva siempre la alegría de vivir y piensa y siente lo mejor de tí mismo y de los demás. La meditación mejora nuestra salud en general, pues la salud es en síntesis un estado de equilibrio funcional del cuerpo, las emociones, la mente y el Ser Interno.

Los estudios sobre los efectos de la meditación indican que ayuda a aliviar dolencias como la migraña, insomnio, síndrome del intestino irritable, síndrome premenstrual, estrés, ansiedad, depresión, desajustes de la presión arterial, ayuda a equilibrar los ritmos cardíaco y respiratorio, etc. Los estudios también indican que la meditación ayuda a aumentar la satisfacción y el rendimiento laboral. Muchos médicos recomiendan la meditación y técnicas de relajación a sus pacientes.

La meditación también nos ayuda a restablecer el equilibrio entre el hemisferio derecho e izquierdo del cerebro. Se sabe que cuando pensamos y hay mucha actividad mental el cerebro emite ondas beta y cuando sentimos o conectamos con el corazón el cerebro emite ondas alfa. Cuando vivimos el presente estamos en estado alfa, mientras que cuando pensamos por pensar, ya sea en el pasado o en el futuro, estamos en estado beta.

Actualmente la meditación ha dejado de ser un asunto reservado a místicos, yoguis o filósofos. No es necesario ser religioso o tener mucho tiempo para meditar, todos podemos hacerlo sin importar la edad o la ocupación. Con la meditación podemos superar el estrés, conocernos más y mejor o simplemente sentirnos mejor.

La meditación es más que una simple relajación, pero la relajación de la mente y del cuerpo es el primer paso de la meditación. Durante el proceso de la relajación la mente puede divagar, pero en la meditación la mente está alerta y concentrada. La meditación reduce la dispersión de la mente y nos ayuda a tomar conciencia del objeto de nuestra meditación, experimentándolo tal y como es en realidad.

Existen muchas formas de meditar, pero todas empiezan con una fase de relajación y luego viene la concentración en un objeto, imagen o sonido, sea interno o externo. Cada vez que la mente se extravía, es reconducida de manera delicada, pero firme, al objeto de la meditación. La mente dispersa acostumbrada a divagar puede ser superada con la práctica de la meditación, la meditación cultiva la atención por excelencia. Cuando logramos meditar la meditación convierte en una práctica que nos trae muchos beneficios y satisfacciones.

Algunas formas de meditación buscan la concentración en un objeto, otras buscan expandir los sentidos o nuestras facultades internas, otras buscan la contemplación de un concepto, cualidad o virtud superior, mientras que otras utilizan cantos, mantras, etc.

La imaginación y la visualización desempeñan un papel muy importante tanto en la vida como en la meditación, pues la mente no distingue entre las cosas reales y las cosas que imagina. Imaginar y visualizar un cuerpo saludable o en proceso de curación produce cambios y mejoras en nuestro organismo, curando algunas dolencias o simplemente manteniendo  nuestro estado de salud, armonía y bienestar.

Además de los beneficios de la meditación sobre la salud física y emocional, a través de la meditación, por el desarrollo de la atención y agudeza de los sentidos, podemos comprender y mejorar nuestras relacione con los demás. La práctica regular de la meditación nos ayuda a aumentar la confianza en nosotros mismos y la autoestima, superar el sufrimiento del pasado y disfrutar de la vida presente, en la familia, en el trabajo como en la vida social. Con la meditación podemos superar los miedos, las dudas, la desconfianza, la autocrítica destructiva y guiarnos por voz de nuestro Ser Interno o Guía Interior.

No esperes a sentirse enfermo para aprender a cultivar tu salud; todos los días hay que afirmar la salud. Si sientes que ya está enfermo existe la posibilidad de recuperar la salud de una manera natural. Sea para cultivar o recuperar la salud es necesario conocer mejor cómo funciona nuestro cuerpo, llevar una dieta adecuada, mantenernos activos, descansar lo necesario, llevar una vida relajada, pensar y sentir bien, manejar correctamente nuestras emociones, entre otros.  (Esta nota está en construcción, puede ser cambiada, corregida y aumentada) ¡El Creador Supremo Dios te de Salud, Armonía y Bienestar!

jueves, 21 de marzo de 2019

La Relajación y sus Beneficios

Relajación es el estado de armonía y ausencia de tensión o estrés, que produce un estado de bienestar físico, emocional, mental y espiritual. Relajación es un estado de alivio de la tensión o del agotamiento físico, incluyendo la ausencia de pensamientos, sentimientos y emociones negativos.

Se habla con frecuencia de la relajación del cuerpo, cuando los músculos liberan la tensión o contracción muscular, pero la relajación también tiene una dimensión emocional, mental y espiritual.

Estudios recientes indican que la relajación equilibra el ritmo cardíaco, disminuye la tensión del sistema circulatorio y muscular, equilibra la actividad glandular, favorece el metabolismo, reduce el gasto energético, fortalece el sistema inmunológico, ayuda en casos de insomnio, ansiedad, etc.

La relajación protege a los órganos vitales del cuerpo de un desgaste innecesario, especialmente a los órganos relacionados con el estrés.

La relajación nos ayuda a hacer frente a las dificultades, calmar la mente y tener un pensamiento más claro y eficaz. El estrés debilita mentalmente a las personas, la relajación restablece la claridad del pensamiento. Se ha descubierto que la información positiva almacenada en la memoria es más accesible cuando la persona está relajada.

La tensión o el estrés no es una mera cuestión física, puede ser generado ya sea por pensamientos de preocupación o angustia, o por sentimientos y emociones que no sabemos manejar. El cuerpo solo experimenta los efectos de los pensamientos, sentimientos o emociones estresantes a través del sistema nervioso y glandular.

Sabemos que la estimulación nerviosa es gobernada por el sistema nervioso autónomo que se divide en simpático y parasimpático. El simpático incrementa la estimulación cuando el organismo se ve amenazado y el parasimpático restablece el estado de reposo del cuerpo. Estas reacciones son involuntarias y capacitan al organismo para sobrevivir.

Ante una situación de peligro o amenaza, el sistema nervioso simpático acelera la actividad del corazón y redistribuye la sangre de las vísceras hacia los músculos voluntarios; la tensión arterial y el ritmo respiratorio aumentan, capacitando al individuo para luchar o huir. En estos casos también se ha observado un incremento en el ritmo de coagulación de la sangre, aumento de glucosa en la sangre, incremento en la actividad de las glándulas sudoríparas, reducción de la actividad del tracto digestivo, etc. En ausencia de peligro o amenaza el sistema nervioso simpático pierde su predominio y el parasimpático asume el control.

Los cambios evidentes producidos por la estimulación simpática como el incremento del ritmo respiratorio, palpitaciones y sudor frío, ponen de relieve la asociación de las emociones con los órganos internos. El miedo y la ira en particular cuando son experimentados con frecuencia afectan a los órganos internos del cuerpo, dando origen a las enfermedades psicosomáticas. La relajación contrarresta los efectos de la actividad simpática fomentando la acción relajante del sistema nervioso parasimpático.

Dado que el sistema endocrino está estrechamente asociado con el sistema nervioso autónomo, las glándulas adrenales o suprarrenales, situadas encima de los riñones, liberan las hormonas adrenalina y noradrenalina que modifican la acción de los órganos internos en respuesta a las emociones, sentimientos o pensamientos que se tienen en momentos de dificultad. La noradrenalina produce cambios asociados a la conducta agresiva y de lucha, aumentando el estado de vigilancia y creando una agradable sensación de viveza. Por su parte la adrenalina está asociada con la ansiedad y con la conducta de huida, incrementando el flujo de la sangre a las piernas, experimentando sensaciones de amenaza y reduciendo las capacidades mentales.

Las glándulas suprarrenales o adrenales producen también corticoides, siendo el más importante el cortisol, cuya función es mantener el aporte de combustible a los músculos, favoreciendo la acción de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina). Existe la evidencia que indica que los niveles normales de cortisol mejoran el sistema inmunológico, pero los niveles altos de cortisol generados por el estrés prolongado suprimen al sistema inmune.

Cuando la dificultad ha sido superada y ya no se requiere la respuesta de estrés, el sistema nervioso parasimpático produce acetilcolina que genera un estado de relajación, y los órganos previamente activados ahora están en reposo.

La práctica de la relajación nos permite generar un estado de salud y bienestar, armonía y paz en nuestras vidas. La práctica de la relajación nos ayuda a aliviar el estrés, aumenta nuestra energía, mejora nuestras relaciones con los demás; nos ayuda a aliviar el insomnio, equilibra la presión arterial, fortalece el sistema nervioso y el sistema inmunológico, equilibra el sistema endócrino y muscular, favorece la regeneración celular, etc. La práctica de la relajación nos ayuda a controlar nuestras emociones, miedos, la ira, resentimientos, la tristeza, la ansiedad, la depresión, la angustia y la preocupación, favoreciendo así los pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones y actitudes positivos y en consecuencia el equilibrio físico, emocional, mental y espiritual. La práctica de la relajación mejora la atención, la concentración, la memoria y el aprendizaje; aumenta la creatividad y favorece la imaginación, etc. 

(Nota: Esta nota está en construcción, está sujeta a cambios y correcciones). ¡Mis mejores deseos de Salud, Armonía, Paz y Bienestar!

lunes, 19 de marzo de 2018

¿Qué es la Meditación?

(Segunda parte de 2)
El Segundo paso de la Meditación es visualizar y expandir la Llama de Luz del corazón, sentir el cuerpo envuelto en una Luz blanca y radiante y visualizar el Tubo de Luz de Protección. Durante cinco minutos reconocer y sentir intensamente tu conexión con tu Dios Interior, enfocando tu atención en tu corazón y visualizándolo como un Sol Dorado. Todos como Hijos de Dios tenemos la Luz de Dios en el corazón, la Llama Divina, la Llama de Dios, la Chispa Divina, la Llama Trina, la Presencia de Dios. Meditar en la Luz de Dios, sentir la Presencia de Dios es la mejor manera de obtener nuestra realización espiritual.

En el ambiente existen muchas energías de diferentes naturalezas y cualidades, y todas juntas conforman la atmósfera de energía en la que todos nos movemos. Dentro del mar de energías en que vivimos es necesario protegernos con un Tubo de Luz. El Tubo de Luz de Protección lo creamos con el poder de la imaginación y la visualización creadora, y con el poder de la palabra. El Tubo de Luz lo podemos expandir para la protección de nuestros seres queridos, amigos, la colonia donde vivimos, toda una ciudad, un país y toda la humanidad.

La imaginación es un don que todos tenemos y es la capacidad de darle forma a la substancia astral y dependiendo de la claridad de la imagen y la vivificación de la forma con la energía del corazón, el sentimiento y la emoción, subsistirá por más tiempo o bien se disipará. La palabra es el don que poseemos para darle forma y vida a la energía que proviene de nuestro interior. Cada palabra hablada lleva un cierto grado de substancia mental, emocional y vital. Las palabras son creadoras, cada palabra debe ser cuidadosamente pronunciada de tal manera que produzca exactamente las formas que deseamos construir. Es necesario darnos cuenta que como Hijos de Dios todos somos seres creadores con las energías que el mismo Universo provee. Con el propósito de protegernos de toda energía y vibración discordante, es necesario construir el Tubo de Luz de protección con el poder de la visualización creadora y la palabra.

El Tercer paso de la Meditación es sentir y reconocer la plenitud de la Luz, sentir la Presencia de la Luz e intensificarla en cada parte de nuestro cuerpo, en cada órgano vital, en cada célula, molécula y en cada átomo de nuestro cuerpo físico y de nuestros cuerpos sutiles o energéticos.

Cuando la mente se mantiene firmemente y sin desviarse sobre un objeto logra identificarse con la esencia del objeto de su Meditación. El Maestro Saint Germain dice: “Ahí donde está tu atención ahí estás tú. En lo que fijes tu atención en eso te conviertes.”

La continua y prolongada corriente de pensamiento dirigida a un objeto determinado hasta llegar a absorberse en él, es lo que se llama Contemplación (Dhyâna, Chan, etc.). La contemplación es la base del poder de la voluntad y a través de ella llegan todas las facultades del Ser, Dios, Yo Soy, como una corriente ininterrumpida para llegar al Samadhi o Éxtasis.

La Meditación o Contemplación ha conducido al Éxtasis a todos los yoguis y místicos de todos los tiempos. El Éxtasis o Samadhi es el objeto de toda Meditación. En el Samadhi la corriente se identifica con el Océano, el alma individual con el Alma Universal, y se reconoce su Unidad indivisible con todo lo que existe. No existen más ni pensador, ni pensado, ni pensamiento, porque los tres elementos se fusionan en la misma Unidad. No hay separación entre el meditador y lo meditado, el hombre se hace uno con lo que es. Quien logra abstraerse por completo del mundo externo y concentrarse en el Yo Soy se identifica y se convierte en la Única Realidad, Dios. Dios no está separado de nosotros, en Él vivimos, nos movemos y tenemos el Ser y es la esencial identidad de todos los Seres.

El Cuarto paso de la Meditación es sentir, reconocer, aceptar y decretar nuestra naturaleza espiritual: Yo Soy un Hijo de la Luz. Yo amo a la Luz. Yo vivo en la Luz. Yo Soy Protegido por la Luz. Yo Soy bendecido por la Luz. Después de sentir, reconocer, aceptar y decretar nuestra naturaleza divina, podemos seguir meditando en los diferentes aspectos, atributos, cualidades y virtudes de nuestro Ser, Dios, Yo Soy.

Debemos aprender el arte de identificarnos con Dios Yo Soy y sentir Yo Soy lo que Dios Es, Yo Soy Él, Él es Yo, Yo Soy lo que Yo Soy. Dios es la Realidad Única. Meditando nos sumergimos en el gran Océano de Dios y podemos obtener todo lo que Dios tiene guardado para nosotros. Nuestros pensamientos deber ser cálices donde Dios pueda colocar la verdad de sí mismo. El poder creativo del Universo que emana de la Fuente Suprema se le da al hombre para que aprenda a cambiar mediante la alquimia de la Meditación.

Todos somos seres creadores pero creamos solamente las cosas en las cuales concentramos la atención. La imaginación y visualización creadora es el poder creador que todos poseemos. Pedid con atención consciente y visualización contemplativa y todo os será dado. Recuerda que nos convertimos en aquello que meditamos, y dado que salimos de la Luz, la Luz es Suprema Perfección y Control de todas las cosas. La contemplación y adoración de la Luz obliga la Iluminación de la mente, Salud y Fortaleza en el cuerpo, Paz, Armonía y Éxito en todos los asuntos de la vida y Realización en todos los aspectos de nuestro Ser. ¡¡¡Que la Iluminación, la Revelación y la Comprensión sean en sus Corazones, Mentes y Consciencias!!!

lunes, 30 de enero de 2017

¿Qué es la Meditación?

(Primera de 2 partes)
La Meditación es la práctica por excelencia para la superación personal y espiritual. La Meditación es una práctica que nos ayuda a generar en nuestro día a día un estado de Armonía, Salud, Paz y Bienestar. La Meditación es un medio para ir de la conciencia exterior a la consciencia interior, nos conduce al conocimiento de sí mismos y a la realización interna. La Meditación es el medio para realizarnos espiritualmente.

Es necesario saber, reconocer y aceptar que no somos simples seres humanos con algo espiritual, en realidad todos somos seres espirituales viviendo una experiencia humana.  Todos somos seres únicos, valiosos, dignos, creados a la imagen y semejanza del Creador, pero psicológicamente somos lo que pensamos y sentimos ser, somos lo que meditamos, nos convertimos en lo que meditamos.

Meditar es no pensar, cuando dejamos de pensar de manera natural empezamos a sentir, sentir nuestra vida, sentir nuestra energía, sentir nuestra presencia, sentir nuestro Ser, nuestro Espíritu, nuestra Divinidad, Yo Soy. Meditar es sentir a Dios en nuestro interior. Meditar es no pensar, meditar es sentir, contemplar, Ser, Yo Soy.

La Meditación favorece el flujo natural de la Vida para llenarnos de Vitalidad, Salud, Bienestar, etc. La Meditación nos ayuda a beneficiarnos de la plenitud de nuestra propia Vida, de nuestro propio Ser, Espíritu, la Presencia de Dios dentro de nosotros. De acuerdo a Patañjali la “Meditación (dhyâna) es la continua y prolongada corriente de pensamiento dirigida a un objeto determinado hasta llegar a absorberse en él”.

El Primer paso de la Meditación es aquietar la mente y el cuerpo y la mejor manera de hacerlo es sintiendo la presencia de la Vida en el corazón. La Meditación empieza dirigiendo la atención a la Llama de la Vida en el corazón. En el corazón se encuentra el Centro Emocional Superior a través del cual habla el Ser, Dios, Yo Soy por medio de la intuición.

La postura común para meditar en el occidente es sentado en un banco o en una silla con la columna recta. Sentarse con la columna recta cura el cuerpo de muchas dolencias físicas y mantiene una mente sana en un cuerpo sano. El equilibrio corporal depende de la postura del cuerpo, hay que aprender a sentarse y mantenerse erguido, la espalda, el cuello y la cabeza erguidos en línea recta. Cada vértebra debe ocupar su debido lugar, sin ninguna opresión de los nervios, ni obstaculizar su nutrición. Esta práctica equilibra el sistema simpático y parasimpático, y cuando la mente domina estos sistemas desaparece toda enfermedad.

Respirar es vivir, dijo un sabio hindú. Aprender a respirar es el objeto del Pranayama (Prana = Vida, Energía Vital) o ciencia de la respiración. Cuando respiramos aspiramos átomos afines a nuestros pensamientos y sentimientos. Para atraer Salud, Bienestar, Sabiduría, Luz, etc., debemos pensar y sentir en todo ello. El Prana, el Chi, el Ki o la Energía de la Vida constituyen la Energía Vital para lograr la armonía en el cuerpo vital. Las obstrucciones energéticas que se manifiestan en enfermedades orgánicas, nacen como consecuencia de la actividad psíquica humana. El uso consciente del Prana nos permite restablecer la salud.

Todas las cosas en el Universo poseen Prana en mayor o menor cantidad. El Prana se concentra en aquellos lugares en donde la naturaleza permanece inalterada. El Prana limpia los meridianos energéticos y los canales de comunicación con la Consciencia Superior y puede ser atraído, acumulado y dirigido con la mente, la imaginación y la palabra. Para atraer y acumular Prana, la inhalación, la retención y la exhalación debe ser rítmica y exacta y cada persona debe encontrar su propio ritmo en la respiración sin que produzca cansancio. La respiración es muy importante para lograr un buen estado de relajación y de quietud mental. Quien domina la respiración domina su mente y sus emociones.

Atención es abstracción de los sentidos. Atención es ver y escuchar sin pensar. Atención es igual a consciencia. Atención es no pensar. Atención es abstracción de los sentidos que, sujetos a la voluntad, permiten la concentración. La mente se alimenta de las impresiones que penetran por los cinco sentidos. Los sentidos son los informadores de la mente y de la consciencia. Para lograr la atención hay que cultivar el arte de ver y escuchar. Para lograr la atención hay que comprender los pensamientos, sentimientos y emociones. La Meditación sirve para purificar la mente de las creencias, de los falsos conceptos, de las programaciones y condicionamientos psicológicos, que en el fondo son apariencia, ilusión, maya. La Meditación sirve para purificar los sentidos, la mente y el alma.

La Concentración consiste en fijar la atención en un punto, sea en el corazón, en el entrecejo, en el plexo solar, en el silencio, en la respiración, en la Llama de la Vida, en la Llama Trina u otro. En la concentración descartamos todo aquello que se interponga entre el meditador y el objeto al cual dirigimos la atención. Hay una diferencia entre concentrar la atención en un punto y estar simplemente atento, hay una diferencia entre atención y atención consciente.

Sócrates sugirió que con el “conócete a ti mismo” se obtiene la verdad. Aristóteles planteó el estudio de las cosas visibles para llegar a la verdad. La Ciencia de la Meditación usa los dos métodos y no hay divergencia entre ellos. La concentración armoniza la mente con la voluntad del Ser, Yo Soy. Cuando el meditador logra comprender las cosas externas que son apariencia, maya o ilusión ya puede dirigirse hacia su interior para conocerse a sí mismo. La antigua máxima “Hombre, conócete a ti mismo” es la clave para la realización del Ser. Lo invisible debe hacerse visible y el hombre debe reconocer la voz del Ser, de Dios, Yo Soy.

La Meditación sirve para aquietar las tormentas del ser personal, trascender las limitaciones de la mente humana y entrar en la Sabiduría del Ser, Dios, la Mente Universal, la Mente Suprema, la Consciencia Cósmica, la Consciencia del Creador. ¡La Presencia de Dios en sus corazones los Ilumine, los Guíe y los Proteja!